-Pastillas pololeo.
-Pastillas del auto.
-Pastillas anticonceptivas.
-Pastillas para dormir.
-Pastilla del día después.
-“El Pastilla”, mi mejor amigo en el colegio.
Un aporte al lenguaje: .
Mi niña está empastillada
¿Quién me la empastilló?
El que me la desempastille
Será buen desempastillador.
Oigo al pastor Emiliano Soto en la radio Armonía, hablando sobre la “píldora del día después” (PAE). Francamente me dio vergüenza que un pastor sea tan impreciso en sus conceptos. Más opinión tiene algún profesor de escuela de barrio o un dirigente sindical (perdonando la comparación pues se supone que un pastor, dirigente de alguna organización respetable, acorde con la doctrina cristiana, tendrá más “peso específico” en estas materias).
En febrero de este año aparecieron en la prensa las primeras informaciones acerca de la anticoncepción de emergencia. Se afirma que la “píldora del día después”, se usará “sólo para situaciones de emergencia, como son las violaciones y el posible contagio de SIDA”. Se agrega que de “lograr la aprobación para su venta por parte de las autoridades será comercializada sólo con prescripción médica y receta retenida en los casos ya mencionados”. (La Tercera (1/02/2001)
Hoy, a un poco más de dos años, y después de muchos debates, el gobierno nos informa que la mujer que haya sido violada podrá recurrir a los consultorios en busca de una Pastilla de Anticoncepción de Emergencia, donde, sin ni siquiera denunciar a su agresor, se le suministrará sin mayores problemas.
¿Qué cuento tengo yo es este asunto?
No sé. Pura curiosidad de cómo los violadores son protegidos si no se les denuncia. Mala señal.
Mañana sigo.
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