miércoles, diciembre 15, 2004

"CONDITIO SINE QUA NON"


Para tener los resultados esperados hay varias condiciones sin las cuales éste no se produce.
Una: Saber o entender los tiempos que vivimos.
Momentos únicos e irrepetibles; una respuesta de misericordia hacia los que tienen hambre y sed de justicia. Una hoja en blanco para no repetir errores; para escribir en ella “lo verdadero, lo justo, lo amable, lo de buen nombre”.
Dos: Saber o entender la voluntad del Soberano, Omnipotente y Altísimo Dios de la Creación, del tiempo, el espacio y Autor de toda vida. ¿Cómo llegamos a comprender sus deseos para determinada situación, en especial para este momento? Relacionándonos con Él, acercándonos, inquiriendo en Su pensamiento. Amistad sin barreras. Trato honesto. Sin miedo.
Tres: Obedeciendo. La cruz fue difícil para el Uno ¿por qué debería ser más fácil para nosotros? Hacer nuestra la frase “que no se haga mi voluntad, sino la tuya”, es una condición esencial a la incertidumbre humana. Arrasar los prejuicios de la mente; anular la religiosidad a favor de la fe; destruir la cosmovisión humana para dejar que por esta vez Dios actúe con libertad, sin las cortapisas de la política y los deseos triviales propios de estas situaciones.
Es la voluntad del Soberano que cada circunstancia sea tratada santamente, sin artimañas preferenciales, sin caprichos, sin deshonestidad.

Que lo correcto se imponga.

Debería ¿no?

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Gracias.

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