viernes, abril 30, 2004

En el día del discurso.

¿Quién inventaría esto del trabajo remunerado?
Porque del Paraíso no viene.
Yo creo que es un complot de los poderes fácticos, para tenernos afanados y preocupados y así no percibamos la auténtica realidad, sino estemos conformes –mansos corderos- con lo que se cuenta en los medios o se rumorea por ahí.


5.30.- Te levantas con furia contra el reloj que no termina de sonar. Te miras al espejo y pareces adefesio, por decirlo en decente.
6.00.- Después de todas las ceremonias matutinas, un café y al bus. ¿Dónde dejé las monedas? Fernando, dame unas monedas, que ya voy atrasada. Levanta al niño que el furgón escolar no espera.
6.20.- Veinte minutos esperando y este bus de carajo no aparece.
6.30 a 7.30.- Hacinada, malos olores, lento, lento vamos por, no pienso, no existo, calles, las mismas calles, los mismos hoyos, el mismo chofer carreta, la misma señora que ofrece los chicles para el mal sabor matutino. Menos mal que encontré un asiento desocupado; si viajo una hora, lo mínimo es hacerlo sentada. Ojalá no se suba un inválido o una mujer esperando bebé, porque ahí, adiós asiento.
7.45 a 8.00.- Marcar la tarjeta, saludos breves, alguna sonrisa con las compañeras.
8.00 en punto.- La máquina bordadora espera silenciosa, lista para devorar las horas con su loco ritmo. Una, dos, tres, cientos de prendas se van acumulando en el mesón de llegada y en el de salida. Precisión, agilidad, ningún movimiento en falso, las telas delicadas y el bordado exacto. Un titubeo, una mirada hacia el lado o un pensamiento tímido, la máquina te muerde un dedo con su penetrante aguja y su ritmo insaciable. Y eso sí es una desgracia de proporciones.
12.30 a 13.00 Colación. Un estirón de piernas, una bebida, una fruta, el termo no mantuvo el calor de la comida, está tibia, un asco.
13.00.- La máquina impertérrita, manos de movimiento uniforme, una fusión perfecta. Nada importa el frío, el calor, el invierno, el verano; que haya viento o los niños jugueteen en la plaza; los jóvenes lean poemas sobre la hierba húmeda; las nanas vigilen y comenten el último capítulo de la teleserie. Allá afuera la vida se mueve, alegre y variada; aquí siempre lo mismo.
17.30.- Suena el timbre de salida. La máquina se resigna y deja escapar su presa. Sólo hasta el día siguiente, así hasta el infinitum. Como decía una canción, que no recuerdo quién la cantaba: “hasta que el cuerpo aguante”.
17.45.- De regreso el mismo bus maloliente, todos dormitan exhaustos, un poco tristes. Un vendedor de helados vocea los Chocofru. Un helado es un pequeño alivio. Más lento que en las mañanas, el bus apenas avanza. Tacos, hoyos, trabajos en la vía, aire contaminado.
19.00.- La puerta del hogar acoge con olor a encierro. Nadie abrió las ventanas, las ollas están sucias, Juanito no ha hecho las tareas, entretenido en la tele; hay tazas en el lavadero con restos de azúcar y leche del desayuno.
20.- Cocinar, cocinar que el mundo se va a acabar.
21.00.- Cena para todos, de nuevo lavar los platos, arreglar el termo, las tareas del colegio, medio dormido Juanito escribe los palotes del primer año, Fernando ve las noticias, ni por siaca se le ocurre lavar una taza.
23.00.- ¿Duermes? Sí, tal vez sueñas.
5.30.- El reloj,… otro día de trabajo.


Hoy el Presidente dirá el exaltado discurso (siempre es así), celebrando las bondades del sistema. ¿Quién le diría que quiero trabajar?

¿Por qué lees?

"Vivir sin leer es peligroso, obliga a conformarse con la vida, y uno puede sentir la tentación de correr riesgos”. Michel Houellebecq, en Plataforma


Laura tiene seis años. Es la menor de tres hermanos. La regalona. Tal vez por esa condición, ya tiene serios problemas con su pequeña vida; y en especial con las vocales. Ni hablar de las otras letras. Las mira alucinada sin explicarse cómo su profesora le exige que las lea si ella no reconoce ninguna.
Esta tarde ha llorado de impotencia. El dictado no resultó y su compañera fue llamada a la oficina de la Directora. Tal vez transcurra todo el invierno y Laura no logre leer en su primer año de colegio.
Un día me preguntaron: ¿Por qué lees?
En el mundo moderno, lleno de imágenes, cine, televisión, pintura, graffitis, propaganda, tomar un libro voluntariamente es casi un gesto insultante, una amenaza, un acto arcaico, no sé. Tal vez como los yaganes, soy una especie en extinción. Más aún, estoy leyendo un libro que muchos han olvidado, como si abrir sus páginas fuese un suplicio.
Antes de preguntar ¿por qué lees? Yo preguntaría ¿Por qué no leer?

Declaración de principios.
Leo por amor. Amo el único libro por donde puedo pisar sin caer en el vacío; donde camino a tientas y encuentro la ruta precisa; donde el canto de las sirenas no me vuelve loca. El libro que contiene todos los libros.
Leo por placer. Cada palabra, cada signo, cada curva, tiene una alegría en sí misma difícil de entender para el que no lee.
Leo para vivir mi vida en otras vidas.
Leo para viajar por el universo sin moverme de mi escritorio.
Leo para entender a Dios (si en alguna medida pudiese ser entendido).
Leo porque hay una bendición para mí. “Bienaventurado el que lee” es la promesa. Y la creo.
Para ejercitar la libertad.
Y para amarte.

jueves, abril 29, 2004

"Artículo de primera necesidad"

Perdón, ayer estuve un poco densa. Es que a veces me baja la onda de poeta y me pongo a separar palabras donde mejor resulten. Confieso que no le llego ni a la suela del zapato a David con sus Salmos, a Zurita con su Purgatorio o a Parra con Versos de Salón. Por supuesto que menos a Gabriela Mistral con su Tala o a Pablo Neruda con Residencia en la Tierra. Verseo para romper un poco la monotonía. Y sostengo la premisa de mi estimado don Nicanor: “La poesía fue un objeto de lujo/ Pero para nosotros /Es un artículo de primera necesidad: / No podemos vivir sin poesía.

¿Has leído El Cantar de los Cantares? Es bellísimo.
¿Y el Canto a mi mismo? ¿En serio que no?
¿Y el Canto General?
¿Bécquer, talvez?
¿Un poquito de Machado?
¿No?
Mmmm…

Ya, entiendo. Tu debilidad no es la poesía, precisamente.
Entonces dejémoslo hasta aquí. Pero, voy a ser un poco majadera. Te regalo este fragmento de Enrique Lihn:

Porque escribí.

Ahora que quizás, en un año de calma,
piense: la poesía me sirvió para esto:
no pude ser feliz, ello me fue negado,
pero escribí.
Escribí: fui la víctima
de la mendicidad y el orgullo mezclados
y ajusticié también a unos pocos lectores;
tendí la mano en puertas que nunca, nunca he visto;
una muchacha cayó, en otro mundo, a mis pies.
Pero escribí: tuve esta rara certeza,
la ilusión de tener el mundo entre las manos
-¡qué ilusión más perfecta! como un cristo barroco
con toda su crueldad innecesaria-
Escribí, mi escritura fue como la maleza
de flores ácimas pero flores en fin,
el pan de cada día de las tierras eriazas:
una caparazón de espinas y raíces
De la vida tomé todas estas palabras
como un niño oropel, guijarros junto al río:
las cosas de una magia, perfectamente inútiles
pero que siempre vuelven a renovar su encanto.
La especie de locura con que vuela un anciano
detrás de las palomas imitándolas
me fue dada en lugar de servir para algo.
Me condené escribiendo a que todos dudaran
de mi existencia real, (…..)
Pero escribí y el crimen fue menor,
lo pagué verso a verso hasta escribirlo,
porque de la palabra que se ajusta al abismo
surge un poco de oscura inteligencia
y a esa luz muchos monstruos no son ajusticiados.

Pero escribí y me muero por mi cuenta,
porque escribí porque escribí estoy vivo.

miércoles, abril 28, 2004

Ruego.

Padre, ya no ruego
por mis mínimas desgracias
o por mis fugaces sueños.
Por ellos ruego.
Por los habitantes de la noche
traficantes de ilusiones
en calles infestadas de ambición.
Bebés despreciados por sus madres
deambulando en busca del pinchazo de la muerte;
temblorosos por un gramo,
destrozados por un rito,
desesperados por un sorbo.
Flacos,
Esmirriados;
la locura asomándose a sus ojos
atados a la desesperanza eterna.

No, no te ruego por mi pequeña vida
me inclino... me humillo por ellos
efebos inocentes
transitando barrios maltratados por el hambre;
una moneda clandestina para calentar los huesos
un susurro del ángel de la muerte girando en torbellino
noche a noche hurgando en tarros basureros
comida, calor,
una palabra enmudecida,
ateridos en resuellos enfermizos
música y drogas al amanecer.

Dios,
ellas, las muchachas de un verano ya olvidado
largas piernas
hinchados vientres
un remedo de amor
sexo apresurado
cuerpos arruinados
esperando meses de oscura soledad;
hijos de la época,
un desesperado siglo que termina
guerras
hambres
derrotas;
ángeles caídos entre el pasto y los avisos comerciales
alucinando la felicidad en noches rotas
felicidad imposible.

Perdónalos, Señor, no saben lo que hacen.
Estrellas errantes
navegantes de la oscuridad
copas vacías de moteles baratos.
No imputes su locura a un acto de soberbia.

Ruego para ellos el amor (del cual eres esencia),
la sangre
la vicaria redención
y en ese acto eterno e invisible
inscribas sus nombres en el Libro de la Vida.

(De Suranónimo, en preparación)

martes, abril 27, 2004

Para Jael esperando su bebé.

Soy la típica hija de los excesos de Año Nuevo, del clima acalorado por los fuegos artificiales y la adrenalina a mil en aquellas fiestas donde todo parece concluir.
Soy la típica hija de padre desconocido, educada en la amargura y la desesperanza de un embarazo precoz. Un embarazo inesperado, indeseado, fortuito y desatinado.
Soy la típica hija de madre soltera, estigmatizada y, sin embargo, a pesar de todos los pesares, amada.
Alejandro Dumas.
Fidel Castro.
Francisco Pizarro.
Diego de Almagro.
César Borgia.
Erasmo de Rótterdam.
Carlos Martel.
Bernardo O’Higgins.
Todos hijos ilegítimos.
Bastardos.
Ilegales.
¿Qué sería del mundo sin esos hombres y mujeres y otros semejantes, que se concibieron en una noche de pasión, sin libreta, certificado o bendición matrimonial?
¿Qué hubiera pasado conmigo si mi madre hubiera tomado la pastilla el día después, o hubiese acudido a una operación abortiva?
Todos borrados, inexistentes. Nunca nacidos. Privados de la alegría y el dolor.
“Me saco el sombrero” (por decirlo así), ante esas madres que pelearon por sus hijos, aún engendrados indebidamente (¿El acto de dar vida es indebido?). Me alegro de vivir en el mismo mundo donde ellas vivieron.
Respirar el aire de mujeres con grandeza ennoblece mi condición.
Saludo a Jael, a Mariela, a Rosita, a cada chica que enfrenta la mirada solapada y el comentario ofensivo; saludo a la más valiente, a mi madre, María.

domingo, abril 25, 2004

Para que nos vayamos conociendo

A pedido del amable lector, enumero aquí algunas generalidades respecto de lo que prefiero o lo que no me gusta mucho. Decididamente personal. Y no transferible.

1.- Antes de usar lentes leía de todo sin discriminar. Ahora si algún libro no me engancha en las 50 primeras páginas, lo dejo. Me pasó con Ulises de Joyce.
2.- Lejos prefiero la lectura. Las Escrituras, por supuesto (voy en 1 de Samuel); T.S. Nee; El Mostrador.cl; Fernando Pessoa, Jorge Luis Borges, Whitman, Nicanor Parra, Jorge Teillier; Guillermo Blanco, La Tercera, La revista del Sábado y Joe Black en El Mercurio; poetas chinos y algunos ingleses, para más el tiempo no me da. Algunos Blogs mexicanos y uno español.
3.- Hice un voto y no veré tele hasta fines de agosto. (6 meses desde marzo). Algún día voy a explicar esta drástica medida. Porque lo confieso, era bien tevita.
4.- Amo el brócoli, las cebollas en escabeche y las papas en todas sus versiones.
5.- Tocar papeles, lápices y telas.
6.- Me gustan los caballos. Si viviera en el campo criaría muchos.
7.- Colecciono y pinto cajitas, en especial de madera.
8.- No soporto las bebidas cola.
9.- Me agradan los hibiscos, los crespones, el jacarandá y los avellanos.
10.- Me gustan los utensilios de loza china.
11.- Tengo paraguas pero no lo uso.
12.- Prefiero los programas de radio, en especial Terapia Chilensis de la Duna.
13.- No como carne de cerdo.
14.- Me gusta el perfume de la menta fresca y el olor de los trenes a carbón cuando parten al Sur. ¿Quedará alguno?
15.- Tomo mate con yerba argentina y poleo o cedrón.
16.- Frustración: Nunca aprendí a andar en patines.
17.- Amo las abejas y las mariposas, el picaflor en el abutilón y las golondrinas.
18.- Me gusta la Internet y prefiero el Net Captor o el Phoenix.
19.- Todas, todas las Bibliotecas.
20.- Me agrada mucho el cine, en el cine.
21.- Me sorprende la enorme variedad de hojas y todos los árboles.
22.- Nunca voy al Mac Donals.
23.- El soplo del viento Raco que corre de cordillera a mar, cálido y amable.
24.- Tengo afinidad con los perros en la calle; nunca me ha mordido ninguno. Les converso y ellos contestan confiadamente.
25.- Me congratulo de conocer un par de hombres santos (pero no santurrones).
26.- No prefiero oír garabatos; en realidad me fastidia un poco. Prefiero la música y el canto. En especial las canciones de Miguel Cassina.
27.- Prefiero dejar esto hasta aqui. No es mi fuerte hacer listas.

Frente a la curiosidad elabora la tuya, tal vez podamos compartirla

sábado, abril 24, 2004

Un regalo extra.

Deseo regalarte estas palabras de uno de mis autores preferidos: Apóstol Pablo.

1 Corintios 13:12

12 Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. (Reina Valera 1960)

12 Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido. (Nueva Biblia Internacional)

12 Ahora vemos por espejo, oscuramente; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré como fui conocido. (Reina Valera 1995)

12 Ahora vemos de manera indirecta, como en un espejo, y borrosamente; pero un día veremos cara a cara. Mi conocimiento es ahora imperfecto, pero un día conoceré a Dios
como él me ha conocido siempre a mí. (Dios Habla hoy)


12 Ahora vemos por espejo, en obscuridad; mas entonces veremos cara á cara: ahora conozco en parte; mas entonces conoceré como soy conocido. (Reina Valera antigua)


12 Ahora conocemos a Dios de manera no muy clara, como cuando vemos nuestra imagen reflejada en un espejo a oscuras. Pero, cuando todo sea perfecto, veremos a Dios cara a cara. Ahora lo conozco de manera imperfecta; pero cuando todo sea perfecto, podré conocerlo tan bien como él me conoce a mí. (Biblia lenguaje sencillo)

12Porque ahora vemos por un espejo, veladamente, pero entonces veremos cara a cara; ahora conozco en parte, pero entonces conoceré plenamente, como he sido conocido. (Biblia de las Américas)

12 De igual modo, lo que ahora conocemos es oscuro, como la imagen imprecisa de un espejo defectuoso; pero un día veremos cara a cara, con toda claridad. Mi conocimiento es hoy parcial, pero entonces conoceré perfectamente, como Dios me conoce a mí. (Castillian (CST-IBS)

20 Razones (totalmente personales) por las que creo en Dios.

Después de soportar el frío que cala hasta los huesos frente al computador, y retorcer mi neurona favorita, he logrado ordenar mis ideas respecto de las razones que tengo para creer que Dios Es.
No sostengo que Dios exista, porque afirmar que existe sería sugerir que alguna vez no existió. Sostengo (de ninguna manera deseo presumir), que Dios ES. Por lo demás, la Palabra lo dice, para ser precisos, en Éxodo 3:14: “Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.”

Algunas encuestas que he hecho entre mis amigas y amigos (como pueden ver tengo debilidad por las encuestas), me han proporcionado sólo experiencias personales. Los cristianos habitualmente recurrimos a nuestras costumbres, pero razonamientos esencialmente puros, nos cuesta un poco más.

“Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar:
en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago
misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas
cosas quiero, dice Jehová.” (Jeremías 9:24, Reina Valera 1960)

Aquí vamos:
1.- Yo, tú, él, ella, nosotros. A pesar de todas las máquinas abortivas y las leyes pro-aborto, estoy viva.
2.- Soy amada y puedo amar.
3.- Whitman lo pone tan bien: “Creo que una hoja de hierba es tan perfecta como la jornada sideral de las estrellas,
y una hormiga,
un grano de arena
y los huevos del abadejo son perfectos también.
El sapo es una obra maestra de Dios
Y las zarzamoras podrían adornar los salones de la gloria.
El tendón más pequeño de mis manos avergüenza
a toda la maquinaria moderna,
Una vaca paciendo con la cabeza doblada supera en belleza a todas las estatuas,
Y un ratón es milagro suficiente para convertir a seis trillones de infieles.”
(Canto a mí mismo, traducción de León Felipe).
4.- Música, la música sagrada que toca mi hermano Luis.
5.- Un bebé me mira y sonríe.
6.- La mano de Marcela, mi amiga dawn, en mi mano, confiada.
7.- La escritura. Las Escrituras.
8.- La cruz en el Monte de la Calavera.
9.- La tumba vacía donde colocaron a Jesucristo.
10.- Conozco un hombre santo.
11.- El grano de trigo que muere y vuelve a vivir, coordenadamente.
12.- La cadena alimenticia.
13.- El diseño inteligente del mundo.
14.- El universo en expansión. Si se expande tuvo un principio.
15.- El orden del cosmos, sus leyes.
16.- La conciencia moral y filosófica de cada ser humano.
17.- La preservación de Israel.
18.- El sentido de armonía y belleza.
19.- La inteligencia de los animales, sus sentimientos y su instinto.
20.- No tengo un millón de dólares y soy feliz.


Si ustedes tienen otras razones, favor enviármelas. Así podríamos publicar una página más grande y dejar este pequeño blog. Gracias.

jueves, abril 22, 2004

Amistad

El Suspiro es una flor sencilla, grácil y amigable. Si las plantas tienen sentimientos, podríamos decir que el Suspiro ama al Palto. Como en el poema de La Higuera, en mi casa también hay muchos árboles bellos. Rosados Hibiscos, enormes Gomeros, el sabroso Nogal, el beneficioso Eucaliptos, el recio boldo. Pero ninguno tan hermoso como el Palto, quien se deja querer, rodeado en círculos amables por el gracioso Suspiro que lo abraza desde la raíz hasta la copa en una explosión esplendorosa de flores moradas con blanco.

Hoy ha llovido abundantemente. Luego las nubes son barridas por el viento y el sol “mira para atrás” sobre las cumbres nevadas, posándose cálidamente sobre el Palto y su acompañante, en el más bello espectáculo del atardecer. Pienso en esa conmovedora amistad y cómo irá a sentirse desolado cuando el Suspiro se apague poco a poco entre sus ramas.

¿Será verdad lo que arguye el poeta que “siempre se pierde lo que se ama”?

martes, abril 20, 2004

Creo en el Dios de la Biblia

La existencia de Dios no es defendible. Ni siquiera, en forma natural o intelectual, se puede convencer a alguien. Tampoco Dios necesita que se le defienda, ni necesita probar su existencia. Es el Espíritu que “convence” al que está interesado en estas materias. ÉL ES. Es el Eterno, el siempre presente, el Innombrable, Elohim, Adonay, Shadai, Jehová o Yahvé, el Altísimo, Omnisciente, Omnisapiente, Dios Creador.
“Ningún ser humano puede resistir la dificultad y los problemas de la vida sin tener una fe. Los ateos no pueden probar que no hay Dios. Los panteístas no pueden probar que todo es Dios. Los pragmáticos no pueden probar que todo lo que contará para ellos en el futuro es lo que funciona ahora. Tampoco pueden los agnósticos probar que es imposible saber si es o no es así. La fe es inevitable, aunque decidamos sólo creer en nosotros mismos. Lo que ha de decidirse es cuál es la evidencia que consideramos pertinente, cómo vamos a interpretarla, y a quién o en quién estamos dispuestos a creer” (RBC Ministries-Grand Rapids MI, 49555-0001.)
Por otra parte, Dios desea ser conocido, darse a conocer, que el hombre le comprenda y, a través de ese conocimiento, le ame. “Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio, y justicia en la tierra: porque estas cosas quiero, dice Jehová.” (Jer. 9:23). Yo adhiero a eso.

domingo, abril 18, 2004

¡Andale!

¿Cómo vas en tu lectura de la Biblia?, me pregunta un amigo, lector, por supuesto. No respondería esa pregunta a nadie que no lea (es lo mínimo ¿no creen?).
Bien, respondo, presumida. Todavía no logro vencer mi vanidad, (pásela por alto, Dios).
Claro que no le explico la cantidad de veces que me he dormido sobre las páginas del Génesis y lo mucho que tuve que luchar con Levítico, recordando a mi amiga Jessica, quien voluntariamente estudia Leyes (y además paga una mensualidad ¡qué patriota ella!). Las leyes son mi zapato chino. Ya lo pasé, con dificultad, pero vamos adelante (claro que después me di una tregua y no leí por varios días, me fui a los profetas y eso).
Avanzo por las páginas de un libro sorprendente (todo libro lo es) y único. Sus palabras dan un sentido diferente a mis días, una especie de felicidad desconocida hasta ahora.
La inseguridad, el cansancio, la rutina, han huido lejos ante tantas palabras magníficas.
¿Me dejas que haga una tontería?, este consejo: Toma una Biblia y lee.
Y luego escríbeme cómo vas.


sábado, abril 17, 2004

Escalera al cielo

“A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto,
y
de pronto
toda nuestra vida se concentra en un solo instante.”
Oscar Wilde

La honda y solitaria noche sobre tu cabeza.
Cansancio. Desaliento.
La angustia de la persecución.
La fuga del hogar.
Toda la tierra está delante de ti y la huella de tus pies se va borrando a medida que avanzas. El exilio es un camino de ida y tal vez nunca de regreso.
La noche deja caer sus miedos como las nubes que juntan poco a poco las gotas hasta crear una gran tormenta.
El camino es muy ancho para tus pies, pareciera tragarte su oscuridad.
La piedra que te sirve de cabecera contiene un misterioso mensaje. De su vientre profundo emergen los ángeles que suben y bajan sobre una larga escalera entre el cielo y el infierno. La incesante actividad anuncia una más definitiva: la profusa presencia de ángeles sobre el medio oriente en el año cero.
¿Habrá otro lugar en la tierra como aquel lejano Bet-El?
Y ¿dónde quedó la piedra bañada en aceite, creadora de sueños?
¿Dónde otra brecha en el cielo para llegar a la misma Presencia?

viernes, abril 16, 2004

Por unas pastillas más (o menos).

He aquí el enigma: ¿debo, necesariamente, tomar pastillas?
Comer, tal vez.
Ir dándolas vuelta en la boca lentamente mientras lo dulce se esparce por la sangre, placenteramente.
Me gustan las pastillas “pololeo”, esas chiquitas con sabores a fruta.
Las mentitas, redondas, picantes y frescas.
Las de ½ hora, con sabor a Cola.
Los fruguelé, blandos y suaves, cubiertos de una barniz de azúcar.
Los ambrosoli de diversas frutas.
Los ritmo con centro de chicle o de soda.
¡Y las de anís!, ¡deliciosas!
La Yapa, los alka ice, los de miel, los clip en barrita, etc., etc. Como ven, sé de pastillas.
De las otras, de las de laboratorio, casi nada.
Aspirina, ibuprofeno, dipirona. Ese es todo el vocabulario que manejo. ¡Ah!, las del “día después” sólo de nombre. ¿Deberé probarla en un afán exploratorio científico? ¿Es necesario que una chicuela de 13, que apenas sabe la O redonda (porque a los trece no me van a decir que los chicos de ahora saben demasiado. Demasiado de Realitys o Mekano, pero de estudios, ¿…?), tenga acceso a esta “pastilla”?
¿Dónde empieza la vida, pastor Emiliano?
¿Qué hay con la fertilización In Vitro donde se pierden ene embriones?
¿Debe una señorita de su iglesia, que usted tan dignamente dirige, tomar anticonceptivos?
¿Por qué no?
¿Debe, entonces, irse al campo a tener su guagüita?
Porque, definitivamente, eso de la castidad está como arcaico ¿no le parece?
Por favor, necesitamos un pastor que nos asesore con más conocimiento de causa.
Gracias por la atención dispensada.

jueves, abril 15, 2004

A proposito de pastillas

-Pastillas pololeo.
-Pastillas del auto.
-Pastillas anticonceptivas.
-Pastillas para dormir.
-Pastilla del día después.
-“El Pastilla”, mi mejor amigo en el colegio.

Un aporte al lenguaje: .
Mi niña está empastillada
¿Quién me la empastilló?
El que me la desempastille
Será buen desempastillador.



Oigo al pastor Emiliano Soto en la radio Armonía, hablando sobre la “píldora del día después” (PAE). Francamente me dio vergüenza que un pastor sea tan impreciso en sus conceptos. Más opinión tiene algún profesor de escuela de barrio o un dirigente sindical (perdonando la comparación pues se supone que un pastor, dirigente de alguna organización respetable, acorde con la doctrina cristiana, tendrá más “peso específico” en estas materias).
En febrero de este año aparecieron en la prensa las primeras informaciones acerca de la anticoncepción de emergencia. Se afirma que la “píldora del día después”, se usará “sólo para situaciones de emergencia, como son las violaciones y el posible contagio de SIDA”. Se agrega que de “lograr la aprobación para su venta por parte de las autoridades será comercializada sólo con prescripción médica y receta retenida en los casos ya mencionados”. (La Tercera (1/02/2001)
Hoy, a un poco más de dos años, y después de muchos debates, el gobierno nos informa que la mujer que haya sido violada podrá recurrir a los consultorios en busca de una Pastilla de Anticoncepción de Emergencia, donde, sin ni siquiera denunciar a su agresor, se le suministrará sin mayores problemas.
¿Qué cuento tengo yo es este asunto?
No sé. Pura curiosidad de cómo los violadores son protegidos si no se les denuncia. Mala señal.
Mañana sigo.

miércoles, abril 14, 2004

Voy a leer

Las tardes están húmedas; otro otoño y otros árboles desnudos. Como Heráclito y Borges “nunca el mismo río”. Las manos se resisten al frío que va metiéndose en los huesos como un visitante molesto. Han desaparecido las trabajólicas hormigas que se llevan todo el azúcar o algún bistec que se quedó fuera del refri.
Me propongo este año leer toda la Biblia, desde Génesis al Apocalipsis. Alguien puede dudar de mi capacidad lectora y le voy a encontrar toda la razón. Leer es casi un artículo de última necesidad, según algunos. Para mí es de primera necesidad.
Leer es un don del cielo.
Necesitas ojos (otro día vamos a hablar de Jocelyn, mi amiga ciega).
Necesitas estar alfabetizado.
Y un libro.
Un libro que te lleve a otros mundos, que te haga viajar por países exóticos y mares procelosos (como dice una obsoleta canción). Un libro es el viaje más económico, bello y placentero que a Dios podría ocurrírsele.
Por eso dejó sus palabras en un libro -¡y vaya qué libro!- Y quiero saber qué piensa.

martes, abril 13, 2004

Voy a escribir

Ha muerto mamá. Soy adulta ahora. La muerte ha cortado el cordón umbilical que nosotros no pudimos cortar.
Me siento rara, vacía y sola. Me he convertido en una mujer, ciudadana con derecho a voto, por lo menos eso, porque voz siempre he tenido poca.
Y soy libre.
Por primera vez en mi vida soy libre.
Libre para dormir hasta las 12 del día; para ver TV. Hasta la madrugada; para comer tomates hasta la intoxicación. Para caminar Santiago en la noche más oscura. Y no sentiré la más mínima culpa.
Sin embargo, tal vez no haga nada de eso.
Tal vez, para no sentirme tan sola, siga asumiendo las mismas restricciones que ella imponía. Tanto nos marcan los padres que se tornan casi omnipotentes.

Lo primero que haré es escribir. Tal vez ahora pueda hacer algo con mi vida.
Te doy la bienvenida a este camino nuevo para mí; tal vez podamos acompañarnos en la ruta y no sentirnos tan solos.
¡Bienvenido!
¡ Bienvenida!

Gracias.

Todavía no nos reponemos de una y viene otra, como una ola de imágenes que nos arrastran a la angustia y la consternación. Se nos mueve el p...