viernes, diciembre 10, 2004

Cisnes de cuello negro.

"Alterado han visto su entorno los vecinos del camino a San Carlos, sector de Amargos y Corral, por la llegada de unos 60 cisnes de cuello negro a las riberas de sus hogares.
Según los mismos dueños de casa, estos ejemplares han ido en aumento día tras día, lo cual causa preocupación por lo inusual de la situación. "Hay cerca de 60 cisnes. Nunca se había visto esto, llegaron de un rato para otro transformado las orillas de las playas como lugares de descanso y tranquilidad", señala Adolfo Pérez, pescador del lugar"

(Diario Austral de Valdivia)

Bordeando el río Calle-Calle observo desde la ventana del bus el paisaje matutino. Cantidades de cisnes pasean entre la luz difusa del amanecer, enseñando a sus crías el arte de la caza y la natación.

En el acompasado ritmo recuerdo una canción de Marcos Vidal: "Aquí estamosaunque algunos ya no están a nuestro ladoya el otoño arrasó con el veranoy el invierno será crudo, pero aquí estamosla primavera llegará"
Como si el movimiento perpetuo de esas alas se conectara directamente con la música del cielo.

Recuerdo también los signos de caligrafía japonesa que me enseñaba Pablo cuando sobre las paredes de su pieza escribía palabras ininteligibles y maravillosas que nunca pudimos descifrar.

Pero la belleza no está libre del dolor. Cisnes de cuello negro huyen de hambre, de pestes y desnutrición buscando la vida. Vecinos del lugar denuncian que el río Cruces (ese río que dicen produce unas piedritas grabadas con esa forma) ha sido infectado por una planta de celulosa.
Ya han muerto más de 2000 ejemplares, mientras el SAG lucha por su supervivencia.

Tal vez nunca conozcas los cisnes de cuello negro de Valdivia, al Sur del mundo. Y es una pena.


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Gracias.

Todavía no nos reponemos de una y viene otra, como una ola de imágenes que nos arrastran a la angustia y la consternación. Se nos mueve el p...