martes, noviembre 30, 2004

Comercio navideño.

Camino por el centro de Santiago y me desconcierta un poco que la Navidad se nos deje caer tan pronto. Pareciera que recién estábamos tiritando de frío y ahora casi asados.

Como cada año escucho la misma cantinela. Que el comercio se aprovecha de lucrar con la cristiandad, con la fe de los creyentes y más aún, con la inocencia de los pequeños.
Lucrar.
Ganar dinero.
Hacerse “la América”.
Sacarle partido a la ocasión, etc.
La pregunta del millón: ¿Quién NO lucra con el trabajo?
¿Acaso tú trabajas por amor al arte?
Piden dinero las iglesias.
Lo hace la Teletón, y las empresas que la auspician.
Lucran las radios seculares. También las evangélicas.
Todos quieren una tajada de la gran torta de moneda circulante.

No tengo nada contra el precio justo, la pesa justa y el comercio honesto. No sé que manía de algunos educadores y sentimentaloides que desean siempre aguarle la fiesta a todo el mundo. ¿Acaso los profes no ganan su remuneración todos los meses? Y vaya cómo lo ganan. Conozco a más de uno asiduo a “tirar licencia” por cuánta historia se le ocurra, al punto que durante el año escolar apenas trabaja unos meses. Y después esos mismos critican la comercialización de las fiestas. Eso me deja sorprendida, por no decir "¡qué carita!"

Reconozco que el comercio exagera.
“Le ponen harto talento”.
Importan cualquier cachivache inútil.

Conozco un amigo que lucha como “gato de espaldas” para sobrevivir todo el año, entre patentes, impuestos de esto y lo otro, formularios de índole diversa, oficinas fiscales cada vez más leguleyas; proveedores que encarecen los productos, colocan nuevas reglas, sesma incluido, competencia desleal, venta de “cuneta” y otras lindezas que no vale la pena enumerar. La mejor fecha para él son las fechas clave: día de la madre, día del niño y Navidad, si es que logra superar la competencia de las grandes tiendas con todo su poderío.

Si la Navidad se ha trasformado en una fiesta casi lindante en el paganismo no es culpa del comercio. Es nuestra.
Mía.
Esa locura temporal que se desata llegando el primero de diciembre es tan inexplicable como la locura de las empanadas para las Fiestas Patrias o comer pescado para Semana Santa, limones incluidos a precios disparatados.
Definitivamente somos un pueblo inmaduro, intentando demostrar que podemos o tenemos más, al igual que a los cinco años presumíamos del poder de papá o la linda mamá que nos venía a buscar a la salida del kinder.

Hay una competencia feroz en quién le regala al niño la mejor bici, a la niña la auténtica Barbie de última, que vale un ojo de la cara y que después de las fiestas estará a menos de la mitad del precio.
¿Y Jesús?Lo más bien, gracias. Vivo, santo y olvidado hasta en los papeles de regalo; reemplazado por un anciano que cada vez se nota más decadente.
¿Y la fe?
Ahí, sobreviviendo a los avatares de la incredulidad.
O enredada en la maraña de las compras excesivas, de las solicitudes de préstamo y los deseos imposibles.

¿Culpa del mercado?
¿No será por la demanda?

Por supuesto, nosotros somos sensatos, nada de exhibicionistas y moderados en eso del tan mentado consumismo. ¡Ja!



Seguimos blogueando.

Todavía no pierdo la capacidad de maravillarme con algunas páginas que voy descubriendo. Algunas de amigos y amigas, otras de perfectos desconocidos.

Visita éstas:

http://mixequita.blogspot.com/


http://plagas.blogspot.com


sábado, noviembre 27, 2004

ÉL.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
Cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío…”
(Luis Cernuda)


Las palabras se vuelven insuficientes e imperfectas; el lenguaje entorpece la verdad hasta el punto que todo se vuelve banal y descolorido.
Rutinario.
Digo: te amo, pero de tanto repetirlo pierde su fuerza. ¿Cómo recuperar el asombro de las palabras dichas por primera vez? El deslumbramiento del bebé que logra gritar mamá, entre la algazara de la familia; la belleza inasible en la armonía en una canción, o en la plegaria cotidiano.
Me supera la palabra.
Sin embargo el nombre que pronuncio cada día es siempre nuevo. Tiene el esplendor y la fuerza de la primera vez. Cuando lo escribo es siempre real, como si esas letras de gráfica delicada revivieran continuamente.

En el nombre está Él, el Amado.
Jesús.

jueves, noviembre 25, 2004

Violencia.

Para celebrar en grande el Día Internacional contra la violencia hacia la mujer, un hombre, habitante de la comuna de San Ramón, “motivado por los celos, ultrajó y estranguló esta mañana a su esposa.
Víctor Marcelino Astudillo, de 39 años, cometió su irracional acto a eso de las 09.00 horas, luego que su mujer, Magaly Jara Valenzuela, de 36, regresara de la escuela donde todos los días dejaba a sus cuatro hijos.
Informaciones de los vecinos señalan que ambos estaban separados de hecho por los celos enfermizos del imputado, quien habitualmente golpeaba a su mujer.
La victima había presentado una denuncia por violencia intrafamiliar ante las reiteradas golpizas que recibía. Hoy todo terminó en una tragedia familiar, donde una nueva crisis y agresión por celos dejó huérfanos de madre a cuatro pequeños niños.”
http://www.latercera.cl/articulo/0,6727,3255_5668_100522972,00.html

Estudios del INE establecen que un 90% de denuncias por violencia intrafamiliar hechas en Chile durante este año, afecta a las mujeres.

Preocupante, por decir lo menos.
Me he quedado lela. Lo siento.


lunes, noviembre 22, 2004

Si la gente besara más, habría menos divorcios.

Ah, si me besaras con los besos de tu boca!
¡Grato en verdad es tu amor, más que el vino!

Cantares Cáp. 1.

Antes que Cátulo o Plutarco, el rey Salomón había descubierto este saludable ejercicio. Indudablemente que el ingrediente esencial para éste es el amor, de otra manera se transformaría en un mero deporte para fortalecer los músculos, lo que le restaría eficacia y una garantía de obtener los resultados esperados.

Una leyenda (o historia verdadera) se remonta al año 125 A.C, cuando las personas comenzaron a abrazarse y a besarse debido a una ley promulgada por los romanos. Las mujeres tenían prohibido ingerir vino (en esto de las prohibiciones podríamos estar toda la noche). El esposo, por ley estaba obligado a tomarle el aliento, ley que les resultó bastante agradable. Todos los días “él” verificaba el tufillo. Cada vez más cerca, más cerca… Y les gustó, así es que de ley se transformó en un hábito que se practica en casi todo el mundo.

Tengo varias razones de peso para sostener el título de este post: “Si la gente besara más, habría menos divorcios.”

1.- Una de las pocas cosas que podemos hacer en forma gratuita, es besar. A menos, claro, que te dediques al "oficio más antiguo del mundo".
2.- Un buen beso provoca verdaderos cambios en el organismo humano. Quema entre 3 a 12 calorías; pone en movimiento nada menos que 12 músculos de los labios y otros 17 de la lengua; y hace que las pulsaciones cardíacas pasen de 70 a 140, excelente tratamiento para el corazón.
3.- Estimula la saliva, elimina partículas de comida de los dientes, también hace disminuir el nivel ácido que causa las caries y la placa dental (eso dice la ciencia).
4.- Relaja, quita los dolores de cabeza y estimula el sistema hormonal.
5.- Alegra el corazón y levanta el ánimo.
6.- Aumenta la elasticidad de la cara.

Para realizar el ejercicio en cuestión, búsquese un interlocutor válido (o sea, del sexo contrario). ¿Qué no puede encontrar ninguno (a)? Ese ya es otro tema, no de mi incumbencia, por supuesto. Sólo asesoro en ejercicios varios a pedido del "respetable” lector, léase amiguis de diverso pelo.

Sigamos.
Ideal es practicar en un lugar privado. Por favor, no se bese apasionadamente en la calle; aparte de ordinario, es una ostentación para aquellos que están solitos, como se dice en Chile “no cuente plata delante de los pobres”.

Él: Tome la mano de la susodicha. Dígale palabras tiernas. No hay nada más desagradable que un macho brusco, sin consideración ni tino. Tóquele la nariz, tipo beso esquimal, sin agresividad. Estamos besando, no es un concurso de resistencia. Pausado, no sea urgido, todo llegará. Déle la intensidad necesaria, dependiendo del lugar y el momento. No queme calorías por apresuramiento. Si lo desea, cierre los ojos (si está en un lugar público, mejor que no).

Ella: No sea escrupulosa, microbios hay hasta en el aire. Todo amor requiere sacrificios y éste es uno de los más agradables. Sea natural, dígale que lo ama. Déjese querer. Es usted una mujer agraciada por la vida. En el mundo hay millones de mujeres que jamás han sido besadas, a pesar de su belleza o inteligencia. Muchas darían parte de su fortuna por un beso (esas son las inequidades de la vida, ¡qué le vamos a hacer!).
Agradezca a Dios por ese hombre. Y por favor, saque de su linda cabecita ese antiguo cliché de “el sexo es el pecado original” (¿quién inventaría esa lesera para premiarlo?). El sexo es creación de Dios, si no me cree lea: Génesis Uno: “Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó, y los bendijo con estas palabras: Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra…”
Sin embargo "no se suba por el chorro" y termine en un motel. No, pues. No seré yo quien le incentive a la promiscuidad o la lujuria.

El paso que sigue requiere un compromiso firmado, como todo lo valioso. Si hasta para pedir plata prestada tenemos que llenar papeles y comprometernos a un montón de cosas, ¿por qué no deberíamos hacerlo en algo tan serio como practicar ejercicio juntos?

viernes, noviembre 19, 2004

La nueva ley de divorcio.

Cuando se abrieron las puertas de la Secretaría de la Corte de Apelaciones de Santiago, ya había presentadas 14 demandas de divorcio. Las primeras que ingresan a tramitación judicial bajo la nueva ley de matrimonio civil que comenzó a regir a contar de ayer, jueves 18 de noviembre 2004.
Tras 10 años de discusión parlamentaria y 120 años de vigencia de la antigua,¡nos salió una nueva ley de divorcio! ¡Eureka!, celebran algunos, como si se hubiese descubierto la pólvora.

¿Qué hay que celebrar?
¡My God!
¿Qué se casaron con tantos sueños y se destruyeron en el tiempo?
¿Qué se prometieron cosas (ingenuos ellos) que no supieron cumplir?
¿Qué terminaron tirándose los platos por la cabeza?
¿Qué hubo cientos de noches lloradas o terminadas en la posta?
¿Qué los hijos sufrieron todos los atropellos imaginables?
¿Eso vamos a celebrar?

Para eso, mejor tomemos nuestra celebración y hagamos bolitas con ella. Vergüenza debería darnos de ser un país mediocre, que no sabe para dónde apunta. No saber qué significa integridad, la palabra empeñada o la delación. Vergüenza debería darnos que los hijos sean testigos inocentes de tanta barbarie.

Me voy a encerrar en casa a llorar sobre nuestra decadencia, y conste que no tengo nada contra el divorcio. Lo que tengo es pena del largo y ominoso proceso cómo se llega a él.

Tal vez deberíamos pensar un poquito más antes de dar el famoso Sí.
Tal vez después de haberlo dado deberíamos sostenerlo como el primer día.
El amor se construye sobre miles de actos pequeños de aceptación, renuncia y respeto.
¡Lástima por nosotros que todavía no descubramos lo fundamental!


miércoles, noviembre 17, 2004

Cuando los ángeles cantaron.

¡Oh chicos!
¡Oh criaturas inocentes que castigáis mis oídos, mis pobres tímpanos con tanto ruido lastimero, pretendiendo que son alabanzas al Altísimo!
¡Oh, ministros de alabanza en decadencia!
Si por una, sólo por una vez pudierais escuchar la música del cielo, tal vez renunciaríais a golpear cualquier instrumento musical, de pura vergüenza (perdonen la franqueza).

*

Pocas personas tienen tan buen oído como un pastor.
Conoce “la voz de sus ovejas”; conoce el clima, sabe cuando se aparean y más aún, les coloca un nombre particular. A cada una llama por su nombre y las arrulla en los días de invierno, cuando hay poco pasto y mucha soledad.
Me agradan los pastores.
Tienen un gran sentido musical.
Algunos hasta hacen música. Y las ovejas les acompañan con el coro, mientras los perros ovejeros revolotean cazando mariposas o realizando cabriolas en el prado.

Cerca de donde vivo todavía hay pastores. De cabras. Un escaso rebaño logra sobrevivir al avance de la ciudad que en poco tiempo los hará desaparecer hacia los cerros más lejanos. La madre pastora saca leche, hacen queso o venden los cabritos más nuevos. Éstos son especialmente juguetones y su piel es bella y reluciente. Triste destino de animal (estoy que me hago vegana).

El evangelio de Lucas relata aquella noche única, especial, sin precedente y sin repetición. La música del cielo fue oída por los humanos… y por las ovejas; los ángeles no pudieron resistir y bajaron a observar el prodigio.

Aquella noche, en un lugar cercano, unos pastores estaban velando y cuidando su rebaño. De pronto se les apareció un ángel, y la gloria de Dios los iluminó con un gran resplandor. Los pastores fueron presa de espanto, pero el ángel les dijo:

¡No os asustéis! Yo he venido a traeros noticias que llenarán de alegría los corazones. Hoy, en Belén, la ciudad de David, ha nacido un Salvador, que es Cristo el Señor. Esta será la señal para reconocerlo: hallaréis al niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
Repentinamente apareció con el ángel una inmensa multitud de las huestes celestiales, que entonaban un canto de alabanza a Dios, diciendo:



"¡Gloria a Dios en las alturas,
y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad!".

martes, noviembre 16, 2004

El nombre.

Roma, señora del mundo, ni se imaginaba que en ese momento estaba siendo invadida. En ese preciso momento se iniciaba el proceso de su decadencia y ruina total.
Era Gabriel que recorría la tierra. Juntaba evidencia. Distribuía mensajes de acuerdo a la exacta bitácora pre establecida.

Va a casa de una joven.
María.
¿Sospecharía la sencilla muchacha de Nazareth que alguna vez sería una estatua de sobre el cerro San Cristóbal, en lo más alto de Santiago de Chile? Réplica de otras tantas estatuas distribuidas estratégicamente como centros idolátricos. Obviamente no. Y sin embargo los hombres desnaturalizaron el principio.

Lástima.
No por ella, por supuesto. Ella fue, en sus propias palabras “bienaventurada”. Nosotros hemos perdido en pactos de siglos. Acuerdos secretos, infamias en nombre de la fe. Muertes, torturas, siempre lo mismo. Deterioro paulatino de la verdad hasta borrar de nuestras mentes la imprescindible Palabra de Cristo. Reemplazadas por profetas falsos, por religiosos oscurantistas, miedo a la luz. Se desvirtuó hasta el significado del género femenino/masculino.

Gabriel la tranquilizó cuando apareció así, de improviso. Todos los días no se ven ángeles dando vueltas por ahí. “María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo…”

Eso es.
Contra toda persecución, contra toda decadencia, contra nosotros mismo y nuestra incredulidad, el Nombre de Jesús se eleva sobre las edades y altera la corrupción, como un símbolo del reino establecido; como una esperanza.
“…sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero;”

domingo, noviembre 14, 2004

Ninguno como él.

Antes del siglo I hubo una invasión de seres extraterrestres.
Miles y miles de seres llegaron desde las altas esferas en una preparación previa. No era cualquier cosa aquel suceso. Era nada menos que el cumplimiento de promesas, de profecías, de sueños, de esperanzas; voces que clamaron por siglos de injusticia, sangre que gritaba los crímenes y las torturas de la guerra; muertes prematuras, iniquidad. Todo fue puesto a prueba en ese instante.

Zacarías recibe la primera visita. Yo soy Gabriel, le dice ante el temor del hombre y ante sus dudas.
Zacarías, no temas;(…) tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan. Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento; porque será grande delante de Dios (…) y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre. "

Mudo quedó el anciano. Creo que a cualquiera de nosotros le pasaría lo mismo; más aún si tu mujer es estéril y además, anciana; difícil de aceptar así como así. No vamos a venir ahora a darnos de “los súper fe” diciendo que nosotros no haríamos ningún alboroto, que creeríamos todo a pie juntillas.

Así nació Juan. Ni se les ocurra llamarle Juanito (por esa manía que tenemos los chilenos de hacerlo todo chiquito); Juan fue un impresionante ser humano.

Lástima. Murió decapitado.

Consuelo, Jesús dijo de él: “Os aseguro que entre todos los nacidos de mujer no ha habido ningún otro mayor que Juan el Bautista”. Ese sí que es un elogio, más aún de quién viene.

Para referencias lea: Evangelio de Mateo, Cáp. 3; Lucas Cáp. 3.

sábado, noviembre 13, 2004

Arreglos previos.

Caminando el barrio Estación Central una tiene la impresión de haber ingresado por el túnel del tiempo directo a diciembre.
Luces de colores titilando en todas las tiendas, lentas melodías envuelven en un aire de fiesta y nostalgia; viejos pascueros invitando a adquirir las más inverosímiles ofertas, regalos al por mayor y menor, papeles de colores, adornos…

Todo al alcance de cualquier bolsillo, que tenga dinero, por supuesto. No te imaginarás que esto es gratis, no pues. Esto es lo mejor de lo mejor para la clase de escasos recursos, pero que todavía puede adquirir un juguete barato y llamativo para su hijo, que se esforzó todo el año y pasará a un curso superior. No tiene la sofisticación de un mall, pero es puro y honesto comercio, lo que no está mal, en algo hay que trabajar y ganarse el pan cotidiano.

Pero Jesús brilla por su ausencia, como sucede año a año. Transformamos la Navidad en una fiesta semi-pagana, con toda su decadencia y su mentira. Porque si en algo vamos a concordar, esto no es el nacimiento del Jesús de la Biblia. Es sólo un pretexto para cualquier cosa, una tradición que ha perdido su objetivo, o tal vez ese fue siempre el objetivo, no sé.

Para honrar al Amado, quien tomó forma de hombre y nos vino a enseñar unas cuantas cosas, te propondo un desafío: conocerle. ¿Cómo podríamos? Leyendo su biografía, sus palabras y que descubramos la potencia de su mensaje, nada que ver con ancianos de rojo, renos y toda esa triste parafernalia.

Tal vez leyendo los evangelios recuperemos la auténtica natividad y el correcto sentido de su primera venida.

Apuesto a que te atreves. Empezando por Mateo o Lucas, no estaría nada de mal.

viernes, noviembre 12, 2004

Celular.

Tanto la amaba que cuando estaba con ella, apagaba su celular”
(Héctor).


He visto los niños jugar a los teléfonos con cajas de fósforo vacías y un hilo uniéndoles en un diálogo ininteligible.

He visto chicas escuchando una caracola que trae los profundos sonidos del mar, ensoñando con el resplandeciente verano y el perfume definido de la playa.

Veo cientos de hombres y mujeres con walkman, aislados, viajando en buses fétidos rumbo al trabajo, o de regreso.

Superando a todos aquellos aparatos, el moderno celular nos invade. Definitivamente la tecnología arremete junto a las empresas que desean someternos a sus intereses, que no son escasos.

Por donde camino me encuentro con esa boba expresión de “no estoy aquí” sino en el invisible diálogo, como un rezo mántrico. Una obsesión, un quedarse alelado en plena calle, aunque esté diluviando, aferrados al celu como a una tabla de salvación.
Extraño y turbador. Ignorar atardeceres, sonrisas de niños, olores, sabores o meditaciones imprescindibles esperando el sonido sin tregua que reclama “atiéndeme, te estoy llamando”.
Escucho secretos, gritados en micros malolientes; oigo confesiones espeluznantes; me entero de las más inverosímiles tragedias, yo que siempre he procurado no meterme en la vida de nadie, soy testigo forzada a saberlo todo de un prójimo que se bajará en la próxima parada.
Considero casi una impudicia hacernos pasar por semejantes dilemas.
Prometo que yo no incurriré en esa falta de delicadeza. Prometo que jamás hablaré a voz en cuello, con o sin celu. Es más, prometo jamás comprar uno (ahora si alguien me lo regala, yo no me opongo, ya se me pasó lo tonta/lesa).

jueves, noviembre 11, 2004

La cartera.

Un objeto mágico, sorprendente y misterioso que puebla nuestra vida es la cartera de mujer. Basta dejarla entreabierta para que suscite toda clase de interrogantes y unos locos deseos de conocer su contenido.
Los hombres le tienen una fobia especial, como si al aventurarse dentro fuesen a encontrar un amante francés, pasajes para Cancún o el “sobre azul” (contrato de divorcio o receta del siquiatra para internarlo). Ninguno se atreve.

He sido testigo y protagonista de tremendas disputas por el tal adminículo. Recuérdese aquella mujer que encontró una en un basurero conteniendo cinco mil dólares. La pobre trabajadora terminó en la comisaría, alegando inocencia, y claro, como todo el mundo alega lo mismo, nadie creía su historia.
Según Freud (¿de verdad se preocuparía del temita?), la cartera es una extensión de la vagina, algo así como un sexo ambulante. O sea, cuando un “ladrón a chorro” te la roba, estaría robándote la parte aquella ¡No...!

¡My God, lo que se puede descubrir estudiando los maestros psicolocos, y una ignorante, con su carterita al hombro provocando cualquier desequilibrio emocional.
Desde mañana renuncio a ella.
Claro, eso sí, no garantizo que lo pueda cumplir.

jueves, noviembre 04, 2004

Mis amigos.

Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos...” (Jesús)


No es poca cosa tener amigos.
Amigos que toman decisiones importantes como irse de misioneros a la India o estudiar Pedagogía en Religión (una carrera muy venida a menos).
Amigas que deciden procrear cuando todos les dicen que aborten.
Amigos que se enamoran “hasta las patas”, que darían todo por ese amor.
Amigas que llegan a mi casa sólo para conversar, y tal vez tomar un mate, en alguna tarde de domingo.

Amigos que leen poesía sin una pizca de vergüenza.
Amigos que alaban a Dios como si ese fuese el último acto de su vida.
Amigas que llegan cualquier día con un regalo “porque sí”.
Amigos que oran por el mundo con la fe inocente de niños de cinco años y la certeza de ancianos de ochenta.

Amigos que son capaces de pedir perdón, aun cuando saben que ellos no están equivocados.
Amigos que no celebran cada año nuevo arrepintiéndose de lo que no lograron.
Amigas que abrazan sin hipocresía.
Amigas que no te piden explicaciones.

Amigos que escriben blogs y no se sienten superiores al resto de las personas.
Amigos que contra todo memorizan la Palabra e intentan vivirla, contra toda oposición.
Amigas y amigos con los cuales puedes llorar o reír sin justificarte.

Eso y mucho más.
Por todos ellos doy gracias a Dios que los ha colocado justo aquí, en este tiempo magnífico.

miércoles, noviembre 03, 2004

Manos de mamá.

Sus manos se extienden hacia la pequeña que está aprendiendo a caminar.
Es su que se amor prolonga en el gesto protector, aun cuando ella también es una niña.
¿Cuántos años tendrá? Tal vez 13 o 14.

En el nerviosismo de sus manos adivino la juventud truncada por un embarazo inesperado, el engaño, el desprecio de un vecindario intolerante, la pena del abandono, la sorpresa.

¡Qué trivial y qué grandioso!

Esas manos pequeñas, alargadas en el gesto cotidiano, cuentan la historia de todos nosotros, guiados en los pasos endebles, el ejercicio constante, la paciencia…
Sólo una madre podría realizar tamaña empresa.

La miro y sonrío recordando a mi madre en un gesto semejante.
Se repite la vida en ese infinito movimiento y a pesar de las repeticiones es siempre extraordinario, bello.

Alza la cabeza y me saluda brevemente, sin quitar la mirada de la bebé que desea liberarse de esas manos y caminar lejos, siempre más lejos...

lunes, noviembre 01, 2004

Primero de noviembre.


“La muerte (o su alusión) hace preciosos y patéticos a los hombres. Estos conmueven por su condición de fantasmas; cada acto que ejecutan puede ser el último; no hay rostro que esté por desdibujarse como el rostro de un sueño. Todo, entre los mortales, tiene el valor de lo irrecuperable y de lo azaroso.”
("El Inmortal", Jorge Luis Borges).

Gracias.

Todavía no nos reponemos de una y viene otra, como una ola de imágenes que nos arrastran a la angustia y la consternación. Se nos mueve el p...