jueves, noviembre 04, 2004

Mis amigos.

Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos...” (Jesús)


No es poca cosa tener amigos.
Amigos que toman decisiones importantes como irse de misioneros a la India o estudiar Pedagogía en Religión (una carrera muy venida a menos).
Amigas que deciden procrear cuando todos les dicen que aborten.
Amigos que se enamoran “hasta las patas”, que darían todo por ese amor.
Amigas que llegan a mi casa sólo para conversar, y tal vez tomar un mate, en alguna tarde de domingo.

Amigos que leen poesía sin una pizca de vergüenza.
Amigos que alaban a Dios como si ese fuese el último acto de su vida.
Amigas que llegan cualquier día con un regalo “porque sí”.
Amigos que oran por el mundo con la fe inocente de niños de cinco años y la certeza de ancianos de ochenta.

Amigos que son capaces de pedir perdón, aun cuando saben que ellos no están equivocados.
Amigos que no celebran cada año nuevo arrepintiéndose de lo que no lograron.
Amigas que abrazan sin hipocresía.
Amigas que no te piden explicaciones.

Amigos que escriben blogs y no se sienten superiores al resto de las personas.
Amigos que contra todo memorizan la Palabra e intentan vivirla, contra toda oposición.
Amigas y amigos con los cuales puedes llorar o reír sin justificarte.

Eso y mucho más.
Por todos ellos doy gracias a Dios que los ha colocado justo aquí, en este tiempo magnífico.

1 comentario:

mau dijo...

Y esa es la buena noticia, quie Dios me ama a mi y te ama a ti, no hay nada que temer.

Gracias.

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