jueves, septiembre 16, 2004

Prohibido el hilo “curado”.

Sí, estoy de acuerdo que se prohíba elevar volantines con hilo “curado”.
Pero también me gustaría que se prohibiera las palabras obscenas en los sitios públicos, el adulterio generalizado, la delación compensada y la mentira como institución nacional. Y si vamos a pedir algo, también me gustaría que se prohibiera la impudicia en las playas, las sopaipillas y completos en los carritos callejeros, que atentan contra toda dieta y vida sana, porque según el Ministerio de Salud estamos todos obesos.

Ya que nos animamos, quiero que prohíban a las palomas defecar en las cornisas de las iglesias y que intempestivamente dejen caer un “regalo” del cielo sobre nuestro mejor vestido. Además sancionen a los ángeles que andan por ahí haciéndonos bromas; para bromitas ya se nos acabó el humor; menos que publiquen mi foto en la portada de alguna revista de farándula, nunca jamás en LUN.

Multen a los graffiteros fomes que dejan la ciudad hecha un asco.
Saquen esos horribles carteles de los candidatos a cualquier cosa; entiéndanlo no vamos a votar por ellos.

Prohíban la risa. Como decía mi madre, “la risa abunda en la boca de los tontos”. Así, mientras menos riamos, más inteligentes pareceremos.

Prohíban los pantalones grises, en especial en los colegios. ¡Qué color más decadente! Con razón los chiquillos no quieren estudiar. Si nos dejan grisáceos hasta los pensamientos.
Prohíban los enamorados en los parques. ¡Qué espectáculo! Dignos de una ciudad superpoblada que no tiene espacios privados. Que no se besen en plena calle; cómo se les ocurre “contar plata delante de los pobres”.

Y a las abuelitas cruzar las calles. Mejor que se queden donde están y esperen tranquilas el desenlace en ese lado. ¿Para qué reanudar la carrera frustrada de un micrero bien intencionado?

Si estamos para prohibiciones, ¿por qué mejor no prohíben prohibir?

Porque si seguimos así de negativos, vamos a terminar más tiesos que ekekos en feria artesanal y más locos que volantín cortado.

Repito, no al hilo “curado”. Es más fácil prohibirnos cualquier cosa y vulnerar nuestras libertades que enseñar y culturizarnos; es más fácil decretar leyes descabelladas que hacernos responsables de nuestros actos e íntegros en defender el derecho del otro.
Eso.

No hay comentarios.:

Gracias.

Todavía no nos reponemos de una y viene otra, como una ola de imágenes que nos arrastran a la angustia y la consternación. Se nos mueve el p...