Mi madre me castigó duramente por esto de la curiosidad. Demasiado preguntona e impertinente, determinó. Nada estaba a salvo con esa chiquilla “hurguete”.
Ya estoy curada (nunca totalmente, lo reconozco. Pero a costa de vergüenzas varias y momentos que no deseo recordar, bastante ridículos por lo demás.
Sin embargo, Dios no me ha recriminado que “hurgue” y “curiosee” en su Palabra (he avanzado en mi lectura; y tú ¿cómo vas?).
Voy a listar (aun cuando me cargan las listas) algunas rarezas, o lo que yo considero curioso dentro de ese gran y precioso Libro. Si deseas puedes agregar las tuyas.
* En Edén había dos árboles. El de la ciencia del bien y del mal y el árbol de la vida. ¿Por qué había un árbol de la vida si ellos no morían?
* Enoc desapareció, “porque se lo llevó Dios” ¿dónde está hoy?
* Había gigantes en la tierra antes del diluvio, que nacieron de “los hijos de Dios” con “las hijas de los hombres”.
* El arca con sólo una ventana hacia arriba.
* La escalera al cielo que soñó Jacob, por donde subían y bajaban los ángeles.
* Los sueños de José. Su ascendencia meteórica de la cárcel al trono de Egipto.
* El “heridor” (ángel exterminador (NBI) que mató los primogénitos en Egipto.
* El maná que caía cada día como rocío del cielo y se podía cocinar.
* La asna que habló y Balaam le respondió como si nada.
* El Urim y Tumim.
* ¿Por qué había gigantes en el tiempo de Moisés y de David si habían perecido en el diluvio?
* ¿Cómo se peinaba Sansón si nunca se cortó el pelo?
* La mente inagotable de Salomón, experto en disertar sobre los árboles, los animales, las aves, los reptiles y los peces, aparte de escribir 3.000 proverbios y 5.000 cantares. Al mismo tiempo, gobernar una nación en paz.
* Los invisibles carros de fuego y la gente de a caballo que rodeaban a Eliseo.
* Las visiones de Ezequiel a orillas del río Quebar, semejantes a las que vería Juan en la isla de Patmos (hay una diferencia de más de 500 años entre cada uno)
* La locura temporal del rey Nabucodonosor y su posterior recuperación.
* El horno de fuego ardiendo donde pusieron a tres varones y habían cuatro. Y salieron sin siquiera olor a humo.
* La confianza de Habacuc, rodeado del más temible ejército de la tierra, los caldeos.
* El estanque de Bethesda, donde bajaba un ángel a remover el agua cada cierto tiempo.
* La resurrección de Jesucristo.
Hasta aquí llego. Hay ene más. Te desafío a que busques las tuyas.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Gracias.
Todavía no nos reponemos de una y viene otra, como una ola de imágenes que nos arrastran a la angustia y la consternación. Se nos mueve el p...
-
Puro cuento, era un programa que dirigía Marco Antonio de la Parra en la radio Duna, para cuenteros aficionados (de literatura, se entiend...
-
¡Bien!, una mujer ha recibido el Premio Nóbel 2004. Ya, no me taches de sexista, he dado suficientes muestras que no me inscribo en el femi...
-
¡Oh chicos! ¡Oh criaturas inocentes que castigáis mis oídos, mis pobres tímpanos con tanto ruido lastimero, pretendiendo que son alabanzas...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario