sábado, julio 17, 2004

Caín.

Herméticos son los pasos
del que huye
aferrado a la estaca asesina;
su marca traspasa las edades
desnuda en el grito
de la sangre que clama.
Caín vuelve victorioso a levantar la mano
multiplicado en los espejos
protegido por el signo
aclamado.
Un instante de furia bastaría
para encender el mundo;
sólo una palabra,
Abel espera mansamente el sacrificio
el único,
la soga, la cruz, la espada
la bomba contenida
listo, ya.

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Gracias.

Todavía no nos reponemos de una y viene otra, como una ola de imágenes que nos arrastran a la angustia y la consternación. Se nos mueve el p...