martes, julio 06, 2004

Eternidad.

Cuando el dulce prado
se inunde de lágrimas y
canciones despidiéndome,
seguirán las olas golpeando las rocas
los buses apestando las calles
y el río fluyendo.
La cuculí anidando en mi huerto
y esta página inconclusa.

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Gracias.

Todavía no nos reponemos de una y viene otra, como una ola de imágenes que nos arrastran a la angustia y la consternación. Se nos mueve el p...