El ángel de la muerte sólo ama al primer hijo,
el que abre la matriz,heredero de la bendición;
bendito irrevocable.
De noche sale a buscarlo y en un abrazo silencioso
le besa y aspira su perfume.
El ángel de la muerte se detuvo frente a mi puerta,
soy el primero,el que abrió la matriz,
heredero de todo.
Toca el rojo dintel
lo examina minuciosamente
sangre de cordero
(a los ángeles seguro no les gusta la sangre de cordero).
Escandalósamente roja,
fresca,pintada como llama
irresistible la sangre.
Llantos a lo lejos,
gemidos guturales,
lágrimas de madre.
Frente a la mesa todos me miran
tomo un trozo de la carne
un pedazo del pan sin levadura
y como mi salvación.
domingo, julio 25, 2004
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