Escribe cartas.
Muchas cartas.
Desde su silla de ruedas, cada vez renuncia a su estado para viajar junto a la página escrita.
Son cartas sin prejuicios, sin miedos y sin la extorsión de su invalidez.
En cada página es libre y su pensamiento fluye sin impedimentos. Puede hablar de literatura, política, historia o religión; comenta el acontecer nacional y los avatares de la política con la tranquilidad que da la permanente observación y el conocimiento de los medios.
Las continuas respuestas le traen noticias de Tijuana, de Marruecos, Laos, Suecia, Portugal, China, España, Uruguay, India, y una cantidad de países que jamás podrá visitar, y sin embargo visita en cada carta recibida.
Ha vuelto a ser libre, tal como era antes del fatal accidente.
Es verdad, a veces se desanima. Pero luego siente al cartero que semanalmente recorre los 10 kms. desde el correo a su casa y da gracias a Dios bendiciendo la vida.
sábado, octubre 23, 2004
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Gracias.
Todavía no nos reponemos de una y viene otra, como una ola de imágenes que nos arrastran a la angustia y la consternación. Se nos mueve el p...
-
Puro cuento, era un programa que dirigía Marco Antonio de la Parra en la radio Duna, para cuenteros aficionados (de literatura, se entiend...
-
¡Oh chicos! ¡Oh criaturas inocentes que castigáis mis oídos, mis pobres tímpanos con tanto ruido lastimero, pretendiendo que son alabanzas...
-
Mi madre me castigó duramente por esto de la curiosidad. Demasiado preguntona e impertinente, determinó. Nada estaba a salvo con esa chiquil...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario