“El Espíritu del Señor está sobre mí, porque Él me ha ungido y me ha enviado
Uno: a predicar buenas nuevas a los abatidos,
Dos: a vendar a los quebrantados de corazón,
Tres: a publicar libertad a los cautivos,
Cuatro: y a los presos apertura de la cárcel;
Cinco: A decretar el año de la buena voluntad de Dios.
Seis: Darle agua al sediento;
Siete: pan al que no tiene de comer.”
Con esta tareita, ¿no encuentras que nos enrollamos demasiado en las minucias?
Las mujeres tendemos a analizar el detalle y en el análisis se nos va evaporando el deseo, hasta quedar reducidas a un estado de frustración, sin fuerzas para materializarlo.
El desafío de hoy lo acepto. Y no me pregunteré nada. Ni el cómo, ni el cuándo, menos el dónde o el por qué. Ya está bueno de digresiones, Toyita.
lunes, octubre 18, 2004
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