viernes, octubre 15, 2004

¡¡¡ MAESTRO!!!

Hoy se ha celebrado en Chile el día de profesor.
Un saludo afectuoso a mis amigos profes y en especial a mi Maestro.
He aquí una clase magistral.

El pago de impuestos al César.
“…le mandaron varios individuos que, fingiéndose muy piadosos, pudieran espiarle y tratasen de hacerle decir alguna palabra comprometedora, a fin de acusarle y entregarle a la autoridad del gobernador romano. Ellos, en una oportunidad, le dijeron:

Maestro, sabemos que tú hablas y enseñas con rectitud, que dices la verdad sin preocuparte del qué dirán y que enseñas el verdadero camino de Dios. Dinos pues, ¿es de ley que nosotros, los judíos, paguemos tributo a César? ¿Debemos hacerlo, o no?
Jesús, comprendiendo lo que aquellos individuos se traían entre manos, les dijo: Mostradme una moneda. ¿De quién dice la inscripción que es esta imagen? Le respondieron: De César.

Pues dadle a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.
Maravillados por su respuesta, quedaron ellos en silencio; habían fracasado en sus intentos de sorprenderle en alguna palabra imprudente dicha ante el pueblo.

La resurrección y el matrimonio
También fueron a ver a Jesús unos saduceos, los cuales niegan que haya resurrección de los muertos, y se acercaron a él para plantearle esta cuestión:
Maestro, Moisés dejó escrito en la ley que, si un hombre muere sin haber tenido hijos, su hermano deberá casarse con la viuda para dar descendencia al hermano fallecido.
Pues bien, una vez hubo una familia de siete hermanos.
El mayor se casó, pero murió sin descendencia. El hermano que le seguía se casó con la viuda, y murió igualmente sin hijos. Luego la tomó el tercero, y le pasó lo mismo.
Uno tras otro, los siete hermanos se casaron con ella, y todos murieron sin hijos.
Finalmente murió también la mujer.
Ahora nuestra pregunta es: cuando llegue la resurrección de los muertos, ¿de cuál de los siete hermanos será esposa, si en vida lo fue de todos ellos? Jesús les dio la siguiente respuesta:
La gente de este mundo se casa y se da en casamiento, pero los que sean tenidos por merecedores de alcanzar el mundo venidero y resucitar de entre los muertos, ni estarán casados ni se darán en casamiento.

Ellos, que han de resucitar y no han de volver a morir, son como los ángeles; y son hijos de Dios, porque son hijos de la resurrección. En cuanto a si hay o no hay resurrección de los muertos, los escritos de Moisés lo enseñan, pues en el pasaje de la zarza ardiendo se refiere al Señor como "el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob." Y Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para Él todos viven”.

Evangelio de Lucas Cap: 20.

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Gracias.

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