lunes, octubre 11, 2004

Políticos (Cap. Tres).

Estoy confundida.
Un poco perpleja.
¿Debería?
Hasta hace poco estaba segura que soy mujer. Fémina, hembra, dama (si se puede), como quieras definirlo.
El hombre, masculino, macho, varón, caballero (en la medida de lo posible).
La Palabra de Dios dice que: “varón y hembra los creó” (Génesis 1)

En estos días me topo con diversa literatura, periódicos y declaraciones donde este asunto ya no es tan claro. No se nace hombre o mujer, se nos dice con desparpajo.A lo más se va haciendo hombre o se va haciendo mujer. Todo depende del consumidor. Las diferencias de sexo son algo artificial, en manera alguna responden a leyes biológicas o exigencias de la propia naturaleza (eso aseguran).

España acaba de entrenar una ley que legitima el matrimonio entre homosexuales. ¿Cuál es la naturaleza de esta unión? ¿Por qué casarse si aseguran que la institución del matrimonio está obsoleta tal como la “cuestión del género”? ¿A quién se desea provocar con esta ley?

Relativismo político: Lo blanco puede ser negro. Lo negro puede ser blanco. La verdad puede ser mentira y viceversa. ¿El bien? ¿El mal? Fronteras que valen según los intereses del momento. Depende la cantidad de votos que la causa involucre.
Para no ser tachados de “intolerantes” y otras lindezas, los medios se sumnan a esta carrera para demostrar quien es más liberal, más impúdico, menos “cartucho”. Como nuestros antepasados, queremos emular a Europa pero tomando de ellos lo más rupturista y obsceno.

Los cristianos tenemos principios básicos.
Eso creo (todavía).
La Biblia es nuestra guía, regla, pauta, norma de vida (tengo la impresión que ese es un lenguaje obsoleto). Es particularmente interesante que se la descalifique con tanta virulencia y las autoridades no digan pío. Más aún, la iglesia evangélica es ignorada como si no existiese. Como si fuésemos seres de otro país, como si no gozáramos de los mismos derechos que todos los ciudadanos. Sólo que nuestros votos son independientes, no son una gran cantidad y nunca aparecemos en la tele. Hablar de integridad, pureza, paz, disciplina, trabajo, no vende, no es rentable, debes "vivir y dejar vivir", me aseguran, como si eso manara de la misma Palabra.

Y para completar el cuadro hay cristianos que hacen compromisos con un sistema cada vez más decadente, sumándose a los ataques contra la Biblia tradicional o contra el nombre de Dios, confundiéndonos (¿con oscuros motivos?).

Definitivamente necesitamos con urgencia un líder , llámese pastor, evangelista, apóstol, laico, misionero, o hermano común y corriente que nos aclare la película.

De los políticos hay pocas esperanzas.

O que vuelva Jesucristo a ordenar la casa

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Gracias.

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