martes, octubre 12, 2004

Cristóbal Colón.

¿Cómo nos veríamos hablando portugués?
Por la incredulidad del rey Juan II de Portugal nos tocó en suerte que nos colonizara España. En 1484 Colón solicita audiencia con el rey Juan ya que este país había iniciado una buena cantidad de viajes exploratorios en las diversas rutas conocidas. El rey le escuchó pacientemente, pero toparon en las exigencias de Colón (parece que pedía demasiado).
Se fue con su proyecto a donde la doña Isabel, quien esperanzada de recuperar algo de lo perdido en la guerra con los moros, le tuvo más fe.

Me admira la tenacidad, el coraje y la audacia de aquellos navegantes (como dijera Carlitos los “e-súper-héroes”), que lograron llegar a un lugar nunca soñado, atravesando todo tipo de dificultades.

¿Qué les interesaba el oro? ¿A quien no? No iban a arriesgar su vida y su patrimonio por “pastillas de pololeo”.
¿Qué servían a reyes interesados en las tierras y a una iglesia oscurantista?
Como sea, aquí estamos. Lo hicieron.

Transcribo aquí un párrafo del Diario de Colón:
“Puestos en tierra vieron árboles muy verdes y aguas muchas y frutas de diversas maneras. El Almirante llamó a los dos capitanes y a los demás que saltaron en tierra, y a Rodrigo d'Escobedo escrivano de toda el armada, y a Rodrigo Sánches de Segovia, y dixo que le diesen por fe y testimonio cómo él por ante todos tomava, como de hecho tomó, possessión de la dicha isla por el rey e por la reina sus señores, haziendo las protestaçiones que se requerían, como más largo se contiene en los testimonios que allí se hizieron por escripto”.(Bartolomé de Las Casas)

Recibió el “pago de España”, o sea, murió sintiéndose fracasado, enfermo y peleando infructuosamente por sus derechos.
¿Tiene alguna importancia que le recordemos?
Para él, ninguna.
Para nosotros, sí.
Su historia nos muestra valores que creí olvidados.
Su tenacidad me ayuda a perseverar en la fe.
Su valor me dignifica.

Lo que no es poco para celebrar un 12 de octubre del 2004, tan alejado de aquel otro.

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Gracias.

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