lunes, mayo 24, 2004
Certezas de Job.
I
Pocos son los días, y muchos los problemas,
que vive el hombre nacido de mujer.
Es como las flores, que brotan y se marchitan;
es como efímera sombra que se esfuma.
II
Yo sé que mi redentor vive,
y que al final triunfará sobre la muerte.
Y cuando mi piel haya sido destruida,
todavía veré a Dios con mis propios ojos.
Yo mismo espero verlo;
espero ser yo quien lo vea, y no otro.
¡Este anhelo me consume las entrañas!
III
Mis labios no hablarán iniquidad,
Ni mi lengua pronunciará engaño.
IV
Con Dios están la sabiduría y el poder;
suyos son el consejo y el entendimiento.
Pone al descubierto los más oscuros abismos
y saca a la luz las sombras más profundas.
Engrandece o destruye a las naciones;
las hace prosperar o las dispersa.
V
Aunque El me mate,
en El esperaré;
pero defenderé mis caminos delante de El.
El también será mi salvación,
porque un impío no comparece en su presencia.
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