domingo, mayo 23, 2004
Diagnóstico.
Una bella y joven amiga tiene cáncer.
Cáncer al cerebro.
La sola palabra cáncer suena a pena de muerte.
Cada cristiano predica que Jesucristo sanó y sana. Y para ello hay una serie de términos teológicos que documentan cada afirmación, con sus respectivas citas.
Yo también creía eso.
Es más, lo creo.
Pero ¿hasta dónde lo creo?
¿Qué enfermedad puede Dios sanar realmente? Tal vez un resfrío, un dolor de muelas, una gastroenteritis, una parálisis, una pena de amor.
¿Podrá sanar un cáncer?
¿Es Dios más pequeño que una cantidad de células locas?
Por favor, Cristian, ilústranos, tú que tienes una tesis en este peliagudo tema.
Mientras esperamos, yo sí ¿y tú?
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